viernes, 30 de noviembre de 2007

monologos

El Bar

¿Alguna vez se han planteado cómo nace un pueblo?. Pues muy fácil. Llega un tío a un desierto, pone un bar, y alrededor empiezan a construir casas. !Por lo menos en España! La prueba es que en España hay pueblos sin
escuela, sin ayuntamiento,sin farmacia, sin cuartelillo..., pero sin bar...¿Ni de coña!
Claro que, por lo menos, allí es donde te dan más cuartelillo.... ¿Y saben cuál es el motivo? Que en los bares podemos hacer muchísimas cosas que no poder hacer en casa..
En un bar puedes tirar al suelo las cabezas de las gambas... Tíralas en casa y verás la que se lía... en el bar tiras las cabezas de las gambas y las tapan con serrín ¿Qué se cae una cerveza? ¡La tapan con serrín! ¿Qué se cae un borracho? ¡Lo tapan con serrín! ¡Será por serrín! Otra cosa no,pero en un bar hay más serrín que en la tumba de Pinocho.
Sin embargo, hay otras cosas que haces mejor en casa que en el bar: ¡MEAR!. Para entrar en el baño del bar tienes que hacerlo con katiuskas. Claro que, de vez en cuando, se pasa el dueño y echa en el suelo un poquito de serrín. Pero es que la taza también está guarra, porque nadie tira de la cadena... Y estoy seguro de que si en un bar tiras de la cadena cae serrín.
El bar también sirve para quedar con los colegas. Porque mi casa es tan pequeña que sólo cabemos tres (y sin el móvil), Y, claro ¿dónde vas a quedar si no? ¿En una ferretería?. ¿En la farmacia? ¿Y que vas a pedir, tres chupitos de Bisolvon y dos lexatines? ¿O en la Iglesia?..Y eso..que... pensándolo bien...una iglesia es lo más parecido a un bar...
Hay un señor detrás de una barra, vino, música, gente... y a veces hay hostias...Y los domingos, a la hora del aperitivo, los dos sitios se ponen hasta el culo.
Eso sí, en los bares hay más buen rollito que en la Iglesia... Porque mientras que en la Iglesia pasa un tío con una panera para que sueltes algo, en el bar discutes por pagar. ¿Dónde más pasa eso?. ¿En la Comunidad de vecinos?. ¿Se imaginan que discutiéramos por invitar en la comunidad de Vecinos, por ejemplo?:
- ¡Chssst!. La parabólica la pago yo. Pero si tú ya pagaste la caldera...
- ¡Qué más da!... ¡Si no vamos a salir de pobres!.
Y otra cosa: tu casa ¿cómo se llama?. Pues "tu casa" o como mucho "4º-c" ¡Y anda que no hay "cuartos ces"!. En cambio, los bares tienen nombres fascinantes: El Bar-bitúrico, el Bár-baraRey, la Tasca-breao.
Yo debo PELAS en todos, pero en donde más debo en el Bar-Clays Bank. Eso sí, en un bar, lo más importante es el camarero. Los camareros se pueden dividir básicamente en dos tipos: el camarero ÁGIL...y el AGIL-apollado.
El AGIL, según entras por la puerta, te limpia la mesa, te acerca el servilletero, te pone una caña y te dice:
- Van dos cero, pierde el Madrid, ha bajado el índice Dow Jones y el político menos valorado es Mayor Oreja...¿te pongo una de oreja?.
El AGIL-ipollado se reconoce porque parece que esté saliendo de la anestesia: ni te oye, ni te ve. Tú le estás haciendo señas, como si estuvieras aparcando un avión, pero el tío pasa por tu lado sin mirarte, como un médico de la Seguridad Social. Que entras por la mañana, y cuando por fin te hace caso...
- A ver. ¿qué va a ser?
- ¿Que qué va a ser...? ¡Dentro de nada de noche, huevazos!.
Pero donde el bar alcanza la gloria es cuando hay partido. El bar es el TEMPLO DEL FUTBOL. Antes había unos carteles en los que se leía: "Estupendos berberechos", "Tenemos nécoras deliciosas"
Ahora no, ahora ponen: "HOY: DEPOR-REAL MADRID..." Y en todo el día no se habla de otra cosa... Nada más entrar pides una caña y el camarero te dice:
- "Morientes tiene osteopatía de pubis".
Y ésa es la gran diferencia entre el bar y tu casa: nunca se discute por el mando. En el bar no hay zapping: Si hay partido, se ve el partido; si hay patinaje artístico, se ve el partido; si hay "Informe Semanal", se ve
el partido; y si hay peli porno en el Plus... ¡Se graba el partido!.

Cuando nos enamoramos

Buenas noches. Quiero hablarles del amor, porque viniendo para acá me he encontrado a un amigo que se ha enamorado locamente, y está imbécil perdido.

Esto me ha hecho plantearme algunas cosas: ¿Ustedes no creen que debería existir una baja laboral por enamoramiento? ¿Acaso no te dan la baja cuando tienes depresión o cuando tienes estrés? Pues yo creo que si tú vas al médico y le enseñas un folio en el que has escrito cien veces quiero a Marisa, quiero a Marisa, quiero a Marisa, está claro que estás enfermo y así no se puede trabajar.

Cuando estás enamorado no es sólo que te comportas como un idiota. Es que además piensas que eres especial, que las cosas que haces no las hace nadie más en el mundo. Aunque en realidad lo que haces es repetir las mismas tonterías que hacen todos los enamorados.

Por ejemplo: el teléfono se convierte en el centro de tu vida, lo descuelgas cada cinco minutos para comprobar que hay línea. ¿Pero qué te crees? ¿Que te van a cortar la línea justo en el momento en el que te tiene que llamar ella? Hombre, los de Telefónica tienen mala leche, pero no tanto.


Cuando por fin te llama te da un vuelco el corazón y te dispones a tener una conversación muy profunda:


- ¿Qué haces?
- Nada.

Y así, dos horas de conversación profunda y otras dos para colgar:


- Bueno, pues cuelga.
- No, cuelga tú.
- Tú primero.
- No, tú.
- Contamos 3 y colgamos los 2 a la vez.

- Uno, dos y tres.
Y si cuelga ella, te quedas jodido y piensas que tú la quieres más. Y la vuelves a llamar:


- Oye, me has colgado.
- ¿Pero no has dicho que contáramos hasta 3?

- Sí, pero no tan rápido.

Todo cambia cuando estás enamorado. Tu escala de valores varía radicalmente. Por ejemplo, antes, el domingo se lo dedicabas al fútbol. Ahora te vas a comer con ella y la sobremesa se prolonga. Tú la miras, ella te mira, la coges de la mano, las seis de la tarde. Pero, por mucho que la quieras, eres un hombre. Y hay un momento en el no puedes más y te levantas: Voy al servicio. No te vayas ¿eh?


Y en cuanto no te vea , agarras al camarero y le dices, ¿Eh, como va el Madrid tío?. Y con eso te quedas, porque cuando llegas al coche no puedes poner Carrusel Deportivo. No señor, estás enamorado. Hay que poner musiquita romántica. Una cinta que te has grabado especialmente para esa noche y que en un alarde de originalidad le has puesto el título de ,Lentas.


Por cierto, el coche es uno de los sitios donde más se nota lo tonto que te has vuelto con esto del amor, porque por primera vez, en lugar de desear que se ponga en verde, quieres que cambien a rojo para darle un beso: ,Uy rojo, muá,


Tampoco te importa que te piten cuando se pone verde, porque te sientes superior. Le haces una sonrisita a tu pareja y sigues. Y no te queda más remedio que volverte fino. Cuando estás enamorado practicas mucho el conocido deporte de aguantarte los pedos. ¡Pedos delante de ella ni uno! Ni en el cuarto de baño, ni en la cama, ni en ningún sitio. Y en cuanto bajas a la calle y te diriges al coche. ,Brrrrrr. Vas a propulsión.


Cuando estás enamorado te comportas como un imbécil ya desde el primer momento en que la ves. Por ejemplo, si te enamoras de una chica en la biblioteca, en seguida se pone en marcha el juego de las miraditas...


Lees una línea, y la miras, pasas la página, y la miras, buscas un pañuelo, y la miras, te suenas los mocos y la miras... Y a veces, sencillamente la miras... Y es que no te atreves a acercarte... Te puedes tirar meses buscando esa frase que hará que ella caiga rendida a tus pies. Un día, por fin, la encuentras...: Me acercaré y le diré...: Perdona ¿Te importaría no ser tan guapa, es que no puedo concentrarme en el libro. Entonces te levantas, vas hacia ella... pero cuando te acercas sólo eres capaz de decir: ¿Me dejas un boli? Es que se me ha gastado . Si te enamoras de una chica de fuera al separaros prometéis escribiros; y ella ya lo creo que te escribe. ¡Cartas de diez folios!... Pero te cuenta cosas de su vida en Ourense que a ti no te interesan para nada...


Hola Paco, estoy en Ourense, está lloviendo... Acabo de llegar de clase de inglés, y estoy más aburrida... aunque el profesor es muy majo, es canadiense y lleva gafas ¿Y a mi qué? Y de repente te pone: Paco, tengo que dejar de escribir porque llegó mi madre. Y en la línea de abajo. Ya he vuelto, como te iba diciendo, lleva gafas... Pues vale...


Sin embargo, nosotros cuando escribimos una carta vamos al grano: Hola Petra: estoy caliente. Atentamente Gabino. Y ya está.


En fin, que me voy a pedir la baja porque he visto a una chica en la tercera fila y creo que estoy empezando a enfermar.



Las mujeres y el baño

¡Uf! Vengo agotada, es que ayer salí de juerga. Algo que por muy divertido que parezca se convierte en toda una odisea. Para empezar llegas a la discoteca de siempre con tus amigos de siempre para encontrarte; con lo de siempre. Hasta la música, es la de siempre. Entre la gente que ves hay de todo un poco: Tenemos al típico que se dedica a buscar las monedas que se te caen por la noche, al que se ha tragado la última película de Travolta y la de Fama e intenta por todos los medios imitarla, y peor aun al espécimen que se sienta en los sofás (más aburrido que la repetición de Medico de Familia) y que cuando le miran pone una cara de diversión total.

Entonces visto lo visto te vas a la barra a ver si el camarero tiene algo interesante y ligas un poco. Porque es patético como ligan los hombres en los bares... De entrada se acercan a ti diciéndote:

-Oye perdona.

Perdona por qué. Que se les pasa por la cabeza que ya te están pidiendo perdón. Y bueno tenemos de todo ¿eh? El divorciado que se te acerca

–Estoy muy solo, mi mujer me ha dejado. Lo que te faltaba a ti ¿qué pasa que tienes cara de ONG?

Ahora, cuando te giras ves a un tío guapo, alto, cachas que te clava su mirada. Y te sonríe. Y le sonríes. Y te guiña un ojo. Y tu sonríes. Y viene hacía aquí.

-Perdona

-siiii

-Me presentas a tu amiga?

¡Genial! La noche va genial.

Así que como soy muy filosófica, quisiera aclararles a los hombres esa pregunta que no les deja dormir por las noches ¿Por qué las mujeres vamos juntas al baño? Como tu amiga se ha ido con el guaperas no tienes otro remedio que ir tu sola. Y vas allí cruzando todo el bar como si fueras por la selva (porque todo el mundo sabe que los baños siempre están al fondo) Cuando por fin llegas te encuentras una cola de unas cinco personas y comienzas a bailar de una forma un tanto extraña, primero para no aburrirte y segundo para que no se te escape el pipí. Y siempre esta la típica que tiene ganas de hablar. Y a mí que me importa con quién has venido.

Bueno, por fin llegas y cuando estas dentro lo primero que ves es una charca de agua, llamémoslo así, con un juguillo de pisadas.

Primer problema ¿dónde dejas el bolso? Como no ha venido nadie contigo pues te lo cuelgas al cuello.

Segundo. El abrigo. Este invierno se llevan los abrigos largos, porque no están pensados para las meonas nocturnas. Los hay de dos tipos: Si es de los de pico al final lo tienes fácil porque metes la cabeza entre los picos y listo. Pero ¿y si no tiene?. Bueno, como eres una mujer con recursos te lo pones de bufanda.

Tercero, la puerta. Nunca tiene pestillo. Tú necesitas intimidad así que apoyas la cabeza para que no entre nadie.

Y allí estas tu con tu abrigo, el bolso al cuello y la cabeza apoyada en la puerta. Pues no te sale el chorrillo claro con tanto trajín! Recurres al viejo truco de abrir el grifo, pero…está fuera! venga a ver si te atreves a salir! Al final creas tu propio sonido...¡ y se apaga la luz que también está fuera!

Encima no hay papel a si que metes la mano en el bolso como puedes para coger el klinex. Total que te has manchado y te has puesto perdida. Así que queridos míos no preguntéis más porque las mujeres vamos juntas al baño.



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